Los asistentes virtuales en la banca son la evolución natural de la incorporación de las últimas tecnologías a los bancos y el mundo de las finanzas. La fusión de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el big data, la nube, el machine learning o el procesamiento de voz natural (PNL) han conseguido que las máquinas cada vez entiendan e interactúen más con los humanos.
El futuro de la relación entre humanos y máquinas traerá cambios drásticos en el modo en que estas últimas comprenden e interactúan con nosotros, y cada vez más usaremos la voz para relacionarnos con ellas. Es aquí donde entran en juego los asistentes virtuales, pero ¿qué son exactamente? En este artículo te lo contamos al detalle.
¿Qué es un asistente virtual?
Un asistente virtual es básicamente una inteligencia artificial mejorada que nos permite interactuar y conversar virtualmente con una máquina, y que ésta a su vez nos haga preguntas y aprenda a través de relacionarse con nosotros. Algunos de los asistentes virtuales más conocidos son Siri (iPhone), Ok Google (Android), Cortana (Microsoft) o Alexa (Amazon), pero cada vez están surgiendo más e incorporándose a la vida cotidiana, queramos o no.
Estos asistentes pueden encargarse ya de funciones como realizar una llamada telefónica, conseguir cita en el dentista, reservar mesa en nuestro restaurante favorito, realizar la compra, poner nuestra música preferida, informarnos del tiempo o de las últimas noticias, o simplemente buscar la información que necesitemos; y al dejar esas tareas en sus manos ganamos en comodidad y ahorramos tiempo que podemos dedicar al ocio u otras actividades.
Es más, a medida que los asistentes virtuales mejoran en los últimos años gracias a la evolución de la inteligencia artificial, cada vez resulta más difícil para quienes conversan con ellos darse cuenta de que están hablando con una máquina -y no con una persona real- si no son advertidos previamente.
Todo indica que esta tendencia no sólo continuará en el futuro, sino que las mejoras en la IA cambiarán por completo a lo largo de las próximas décadas nuestra forma de relacionarnos no sólo con las máquinas, sino también entre nosotros. La pregunta es: ¿cómo van a afectar todos estos cambios a la relación entre bancos y clientes?
¿Cuál es el futuro de la banca?
Durante siglos y hasta hace apenas unas décadas, la idea de relacionarnos con nuestro banco o consultar nuestras cuenta sin tener que acudir en persona a la sucursal -o como mucho con una llamada telefónica- era algo impensable; pero la banca no deja de evolucionar y está incorporando ya las últimas tecnologías, de forma que existen ya por ejemplo asesores virtuales para aconsejar a los inversores.
¿Cuál es la tendencia? ¿Dónde está el límite? Una de las principales ventajas que ofrece la inteligencia artificial es la de proporcionar a los clientes un servicio y una atención mucho más personalizados, y una precisión y una eficiencia que difícilmente un ser humano puede lograr.
Lo cierto es que son los propios clientes los que marcan en buena parte la evolución de los servicios bancarios a través de sus demandas; y aunque algunas personas pueden ser más reacias a incorporar las novedades y avances en la tecnología, la mayoría de los clientes no sólo combinan la banca tradicional con los servicios digitales y online, sino que la tendencia es a recurrir cada vez más a la banca digital y virtual en detrimento de la presencial.
No obstante hay ciertas operaciones en las que por su riesgo o por envergadura, los usuarios siguen prefiriendo a día de hoy contar con un asesoramiento personal, conocer “cara a cara” a quien va a manejar su dinero y a decidir una parte de su futuro. Pero a medida que las nuevas tecnologías mejoren y se incorporen a la vida cotidiana, ¿quién sabe? Quizás veamos -por ejemplo- firmas de hipotecas online con notarios que serán inteligencias artificiales.