Hipoteca y Euríbor

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Si eres de los consumidores que se están planteando firmar una hipoteca, es más que probable que algún familiar o amigo haya intentado explicarte la relación entre hipoteca y euríbor para convencerte de que es mucho mejor que optes por un préstamo a tipo fijo. Sin embargo, para asegurarte de que realmente es lo que tú necesitas, hoy nos vamos a centrar en analizar esa compleja ecuación de una manera sencilla. Y como siempre, serás tú el que decida luego qué te conviene en tu caso.

Entendiendo al índice europeo

Para comprender bien cómo la hipoteca y euríbor van de la mano cabe comenzar por saber qué es exactamente el Euríbor.

En realidad, el Euríbor se define en casi todos los sitios como tipo de interés. Lo cierto es que el concepto se refiere a la media de intereses de lo que deben pagar los bancos europeos a otros bancos cuando les prestan capital. Es decir, es la cifra que sale al hacer el cálculo total de lo que le cuesta a las entidades obtener dinero para luego prestarlo a los usuarios. Este valor medio se publica diariamente, aunque cuando se habla de la relación entre hipotecas y Euríbor lo que se suele tener en cuenta es la cifra media mensual a un año.

Aplicando la teoría a la práctica

No todas las hipotecas están vinculadas al Euríbor (o a otros índices de referencia como el IRPH). De hecho, es aquí donde entra en valor el consejo que te dio ese amigo o familiar que te decía que podría ser mejor una hipoteca a tipo fijo. Solamente las hipotecas variables o las hipotecas mixtas (los primeros años el interés es fijo y luego pasa a ser variable) incluyen en su cálculo este tipo de índices. Por eso se les llama variables, ya que el cambio de este en el mercado puede hacer que tu cuota suba o baje.

Entendiendo el cálculo de la cuota de la hipoteca variable o hipoteca mixta

Cuando obtienes una propuesta de hipoteca variable, la cuota final de tu préstamo se calcula utilizando tres componentes: el índice de referencia (Euríbor, por ejemplo), diferencial fijo, y capital a amortizar. En las hipotecas fijas solo hay dos componentes, el del capital a amortizar y el del tipo de interés fijo.

  • Índice de referencia. En este caso se aplica el porcentaje que corresponda según dicta el mercado. Actualmente, el Euríbor está en números negativos por lo que las hipotecas variables gozan de un interés realmente bajo.
  • Diferencial. Es el porcentaje que el banco añade a la hipoteca variable y que se suma al Euríbor. Suele expresarse como Euríbor + un número determinado.
  • Capital a amortizar. Es la cantidad de dinero del capital que solicitas que vas a amortizar mensualmente.

Por tanto, en un préstamo hipotecario variable, la hipoteca y el Euríbor son conceptos que hay que tener muy presentes porque tu cuota mensual puede subir o bajar según cómo haya cerrado el índice en el mercado. Pongamos un ejemplo:

A María le ofrecen una hipoteca variable que tiene un interés de Euríbor +1,25% en un momento en el que el Euríbor está al 0%. Si con la revisión anual el índice sube por encima de esa cifra, María tendrá que pagar algunos euros más en su cuota mensual (el cálculo depende del importe final concedido en el préstamo). Sin embargo, si baja, entonces pagará algunos euros menos.

Con esta solución, María no sabe exactamente cuánto pagará tras las revisiones anuales de su hipoteca. Pero no le preocupa en exceso porque sabe que como actualmente el mercado ofrece tipos bajos, y las hipotecas variables son más económicas que las fijas, su decisión la ha llevado a obtener un crédito inicialmente más barato.

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