Comprar una vivienda es una decisión que requiere una gran meditación. De hecho, son muchos los que se plantean el alquiler como mejor alternativa por la flexibilidad que ofrece y porque resulta más económico en algunas zonas. Sin embargo, si tú ya lo tienes claro, la siguiente cuestión a preguntarse suele estar relacionada con elegir entre hipoteca fija o variable. Y esa es la temática de nuestro artículo de hoy.
Elegir bien entre una hipoteca fija o variable implica estar bien informado sobre ambas opciones. De ese modo, podrás decidirte por la que realmente encaje mejor con tu forma de ser y mejorar con ello el control de tus ingresos.
Tabla de Contenidos
Hipoteca fija o variable: Diferencias
Contar con la máxima información antes de decidir es propio de los consumidores de esta nueva era. Y es probable que por eso hayas llegado a este artículo. Aunque la diferencia entre hipoteca fija o variable es conocida por la mayoría que se plantea comprar una casa, verlo explicado de forma sencilla puede ayudarte a elegir mejor.
La hipoteca fija es aquella que se firma con un interés determinado desde el inicio del contrato y que se mantendrá sin variaciones hasta el fin del préstamo. Es decir, la cuota mensual será siempre idéntica durante todo el plazo de duración. Con esta opción obtienes mayor comodidad y seguridad, al conocer de manera anticipada cuáles serán tus pagos mensuales. Esto hace que la planificación financiera y el presupuesto sean mucho más sencillos de organizar.
Por su parte, una hipoteca variable cambia en función de la tasa de referencia. Generalmente, el Euríbor. Así, tú conocerás siempre el capital a amortizar de tu préstamo, así como el diferencial que se aplique. Generalmente se expresa en forma de Euríbor + x%. Sin embargo, ese Euríbor es el que varía y puede hacer que la cuota a pagar mensualmente suba o baja en función de su valor de mercado. Este tipo de préstamo hipotecario es interesante para aquellos que están dispuestos a asumir el riesgo de pagar más cuando el índice suba para ahorrar un poco más cuando esté más bajo.
Comparación
Ahora que conoces cuáles son las diferencias en la práctica entre contratar una hipoteca fija o variable, estás un poco más cerca de tomar la decisión que más te conviene en tu caso. Sin embargo, hay otras cuestiones a tener en cuenta. Un factor muy importante a considerar es conocer en profundidad qué ventajas y desventajas ofrece cada tipo.
Ventajas y desventajas de la hipoteca fija
Una hipoteca fija te brinda mayor estabilidad financiera al conocer desde el momento de la firma la cuota mensual a abonar. Sin embargo, aunque esto sea así, te recomendamos evitar endeudarte mensualmente por encima del 30% de tus ingresos para garantizarte una buena salud de tus finanzas personales. Si en un determinado momento futuro tus ingresos se incrementan durante un período largo de tiempo, podrías plantearte otra inversión.
Aunque más que como principal desventaja es una característica propia de la naturaleza de una hipoteca fija, cabe señalar que en comparación con una hipoteca variable nunca podrás aprovechar las caídas de interés de los índices para ahorrar en tu cuota mensual.
Ventajas y desventajas de la hipoteca variable
La ventaja de una hipoteca variable es precisamente la de poder aprovecharte de los cambios del mercado. Sin embargo, al igual que comentamos en el apartado anterior tu cuota nunca debería superar ese 30% de los ingresos mensuales y, como en este caso puede subir o bajar, ese porcentaje debería ser un poco más bajo que en el caso de la hipoteca a tipo fijo.
Como desventaja está el hecho de que si el Euríbor sube en una situación puntual en la que tu liquidez se ha visto reducida y no cuentas con ahorros suficientes podrías verte en una situación complicada. Por eso siempre que contrates una hipoteca es recomendable seguir el consejo de los expertos de ahorrar entre un 5% y un 10% de los ingresos mensuales para afrontar malas rachas o gastos imprevistos.
Riesgo contra recompensa
La decisión entre hipoteca fija o variable debe hacerse cautelosamente. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas y la clave está en elegir como en otros aspectos de la vida entre arriesgarse o no. Si eres de esas personas que casi siempre prefieren conseguir el máximo potencial asumiendo que quizás haya luego obstáculos por el camino, entonces probablemente la hipoteca variable sea para ti. Sin embargo, si te sientes muy cómodo con las cosas más seguras y no te gusta arriesgar, es más que probable que en tu caso te vayas a sentir más confortable con una hipoteca fija.
El atractivo de las hipotecas variables es que la tasa de interés es típicamente más baja que en la de los productos hipotecarios fijos. Pero esto conlleva un riesgo involucrado: si el mercado cambia, y esto es algo en lo que ni tú ni la entidad podéis influir, las tasas de interés podrían aumentar. También está el escenario más favorable en el que disminuyen y aprovechas el ahorro. En cualquier caso, puedes minimizar esos riesgos con una evaluación exhaustiva de tus ingresos actuales y siguiendo las recomendaciones de % de ahorro mensuales y cumpliendo con las pautas de no endeudarse en exceso. De esa manera, podrías hacer frente a una subida de tu cuota si se produce más fácilmente.