Tarjeta sin contacto: ¿cómo funciona el contactless?

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Seguro que tienes una tarjeta sin contacto, pero ¿cómo funciona esta tecnología, más conocida como contactless? Lo cierto es que este sistema, que permite realizar pagos sin que la tarjeta entre en contacto con el terminal de venta, ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años y ofrece grandes ventajas, incluyendo comodidad y rapidez.

España no es una excepción, y en apenas 4 años la tecnología contactless se ha extendido hasta prácticamente el 100% de los usuarios. Su éxito está claro, sin embargo aún hay muchas personas que desconocen cómo funciona esta tecnología o tienen dudas sobre su seguridad: a estas dos cuestiones es a las que vamos a dar respuesta en este artículo.

¿Qué es el contactless, y cómo funciona?

Aunque la tecnología contactless apareció en torno al año 2005, no fue hasta 2015 cuando comenzó a implantarse paulatinamente en las tarjetas bancarias en España. Hoy día se usa en terminales de venta (TPV), cajeros, tarjetas, e incluso teléfonos móviles y pulseras (bandas deportivas, smartwatches, etc) que cuenten con la tecnología NFC.

¿Y qué es el NFC? Pues son las siglas de Near Field Communications (Comunicaciones de Campo Próximo); para que lo entendamos, se trata de una tecnología inalámbrica que permite transmitir instantáneamente datos mediante inducción electromagnética entre dispositivos a corta (muy corta) distancia: su rango teórico llega a 10 centímetros, aunque en la práctica se queda en menos de 4 centímetros.

La tecnología NFC deriva de las etiquetas RFID, como las que encontramos en los abonos de transporte. Por tanto para que una tarjeta contactless (sin contacto) funcione debe acercarse a un lector que pueda usar también la tecnología NFC. En ambos casos lo sabremos gracias a que llevan un símbolo identificativo en forma de ondas de radio.

Las tarjetas sin contacto presentan numerosas ventajas, ya que al no ser necesario introducirla en el lector evitamos por ejemplo que se nos quede atrapada en un cajero, o problemas de uso por desgaste de la banda magnética. Además resulta muy rápida de usar para pequeñas compras, ya que por defecto no se solicita el PIN de seguridad para pagos inferiores a 20 euros, si bien por lo general el usuario puede cambiar esta opción.

¿Es seguro este sistema de pago?

Para llevar tan poco tiempo entre nosotros, la tecnología contactless ha sido objeto de todo tipo de bulos y sospechas; desde el miedo a que cualquiera pueda robarnos la tarjeta y usarla a su antojo, hasta el bulo que circuló por Internet de que alguien con un TPV se paseaba por el metro acercándolo a los bolsos para cobrar dinero de las tarjetas contactless.

Sin embargo las medidas de seguridad adicionales que va incorporando este sistema, unido a su rapidez y comodidad, ha hecho que poco a poco vaya expandiéndose su uso. Pero la pregunta sigue ahí: ¿nos pueden robar dinero de nuestra tarjeta –o de nuestro móvil- contactless? Pues aunque aquí se puede decir eso de “nunca digas nunca jamás”, la verdad es que es casi imposible.

¿Puede un ladrón robar dinero de mi tarjeta contactless?

Y es que robar a través de la tecnología NFC y del contactless resulta realmente difícil; para empezar los terminales de venta (los datáfonos), incluso si son inalámbricos, están siempre vinculados a una línea telefónica y deben estar dentro de su rango de cobertura para realizar la transacción, que además es cifrada. El ladrón tendría que salir luego corriendo a punto con cobertura, porque dispone de un tiempo muy limitado.

Además la tecnología NFC es muy sensible a los movimientos, y necesita varios segundos de transmisión; pongamos que el ladrón quiere probar suerte en un estadio abarrotado: tendría que pasearse arrimándose con el TPV a menos de 3 cm. de los bolsillos de la gente, permanecer así parado varios segundos, y luego salir corriendo a buscar cobertura para realizar la transacción… Complicado pasar desapercibido así.

Para que nos hagamos una idea, es lo mismo que si usamos un abono de metro o autobús: no por pasar un lector al lado de un bolso donde tengamos guardado nuestro abono se activa, sino que hay que ponerlo justo encima, y esperar. Pues con las tarjetas contactless ocurre exactamente lo mismo; si además tenemos en cuenta que la tarjeta suele estar dentro de una cartera, la lectura es aún más difícil.

Por último, para poder realizar la transacción desde una tarjeta contactless, el TPV debe estar conectado a una cuenta bancaria autentificada: esto supone que nuestro ladrón dejaría un rastro claro de quién y cuándo realizó el cobro, tanto en la cuenta de destino como en la tarjeta donde realizó el cobro… Vamos, que con tantas pistas le haría el trabajo a la policía.

Cómo mejorar la seguridad de tu tarjeta sin contacto

Si después de haber leído lo anterior aún tienes dudas sobre el uso de tu tarjeta contactless, no te preocupes; existen varias medidas que puedes adoptar para incrementar la seguridad y minimizar aún más los riesgos. Las principales son:

  • Activa las notificaciones del banco para recibir en tu móvil o tu email un aviso cada vez que se realice un cobro en tu tarjeta, para que estés al tanto de sus movimientos y puedas alertar en caso de uso no autorizado.
  • Familiarízate con la aplicación móvil de tu banco o cualquier otra herramienta disponible (web, teléfono, etc) para poder activar o desactivar tu tarjeta al instante en caso de robo o pérdida de la misma.
  • Aunque por defecto las tarjetas permiten realizar pagos contactless sin autentificación mediante PIN para gastos inferiores a 20 euros, cambia la configuración para que tengas que autorizar cualquier transacción mediante PIN.
  • Explora las opciones de configuración y seguridad de tu tarjeta a través de la web o de la app para móvil de tu banco, y añade medidas de protección adicionales como identificación por reconocimiento facial o huella, alertas por cobros extraños, etc.

¿Es obligatorio utilizar el sistema contactless de tu tarjeta?

Puede que después de haber leído este artículo, aún sigas desconfiando de la tecnología contactless y no te sientas cómodo con ella. No te preocupes: no estás obligado a usarla y tu tarjeta también puede operar usando la lectura de chip o por banda magnética. Puedes pedir más información al respecto a tu banco. Además si usas la aplicación móvil de tu entidad, no olvides desactivar el pago vía móvil así como la conexión NFC en tu smartphone.

En cualquier caso, y ahora que ya has visto qué es una tarjeta sin contacto y cómo funciona, una cosa está clara: esta tecnología ha venido para quedarse, y su uso se extenderá cada vez más adaptándose a nuevos dispositivos y adoptando nuevas formas de pago. Pero la última palabra sobre si quieres usarla o no, la tienes tú.

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